Tema del día: Un nuevo intento de extorsión contra El Establo
Ciudad de las mafias

Una comerciante tuvo que cerrar su local por la ola de inseguridad

Una verdulera de Mitre y Amenábar, a pocas cuadras del Centro de Justicia Penal, tomó la decisión tras "perder cuatro balanzas en 20 días". "A los primeros dos les pusimos el pecho, pero al último ya no lo podemos afrontar", lamentó.


La ola de robos en las inmediaciones del Centro de Justicia Penal, en España y Hospitales, no se detiene. En este caso le tocó a una verdulería, ubicada en Mitre y Amenábar, que sufrió tres robos en pocas semanas y decidió no volver a abrir.

“Robaron otra vez, no voy a abrir”, decía la pintada con la que amaneció el vidrio de la fachada de la verdulería. Alejandra, su dueña, lamentó el cierre, pero dijo que era la única salida: “Sufrimos tres robos. A los dos primeros les pusimos el pecho, pero ya al último no. Perdimos cuatro balanzas en 20 días”, comentó.

La verdulera dijo es imposible volver a comprar toda la mercadería y arreglar el local, porque cada vez que roban “destrozan el lugar” y “rompen los vidrios”. Eso, sumado a la “falta de empatía de los propietarios” (que le piden dinero para poner rejas en el frente) y a la “inoperancia de las autoridades políticas”, le da “bronca e impotencia”.

“Estamos a una cuadra del Centro de Justicia Penal, donde estaba la Policía custodiando. Trabajábamos tranquilos, pero desde que se fueron esto es un desastre. Los comerciantes somos los que estamos pagando los platos rotos”, cuestionó Alejandra.

Afortunadamente, la mujer tiene una camioneta con la que hace fletes y el carnet de conductora de taxis. De hecho, ante la difusión de su caso, una colega la llamó y le ofreció trabajo. “Al menos tengo para arrancar. Pero yo me pregunto: ¿y el que no puede? ¿El que no tiene un carnet ni contactos? ¿Cómo se sigue?”, cerró.

La falta de seguridad en inmediaciones del Centro de Justicia Penal es una situación que hace tiempo vienen denunciando los comerciantes. Hace unas semanas, uno de ellos pidió “más presencia policial” y la colocación de luz blanca para iluminar las calles, porque después de las 21 “no anda nadie”.