Los socialistas batían, como defensa política por haber convertido a Rosario en la ciudad más insegura de Argentina y una de las más violentas de América Latina, que los asesinatos eran entre personas se conocían y que en su mayoría vivían a menos de 100 metros entre víctima y victimario.
La argumentación se pega de frente con la realidad que vive la ciudad y la provincia, sólo este fin de semana un sereno de 69 años apareció maniatado y con un fuerte golpe en la cabeza que le provocó la muerte, en una planta hormigonera de colectora de autopista Rosario-Córdoba y Ruta AO12, en la localidad de Roldán, mientras que en otro corredor central como la Autopista Rosario Buenos Aires un hombre fue acribillado por la espalda para robarle su moto, a estos brutales asesinatos se suma el intento de fusilar a una mujer de seguridad que cumplía funciones en el Hospital Centenario, el vídeo es estremecedor.
Estamos a la merced de los violentos que no encuentran límites sumando víctimas como un número que ya parece no cambiarle la vida a ningún político. Bebes asesinados, trabajadores acribillados, policías ametrallados, narcos repartiendo alimentos entre muchas otras atrocidades que ya no parecen ser noticia en una sociedad zombie.
