Tema del día: Un nuevo intento de extorsión contra El Establo
Mensajeros

Quieren limitar las visitas de los presos más pesados para cortar con el home office carcelario

Lo adelantó el ministro de Seguridad, Jorge Lagna, para quien también es necesario poner el foco en los agentes del Servicio Penitenciario. Además, aseguró que actualizarán y ampliarán el sistema de inhibidores de señal en la cárcel de Piñero.


El Ministerio de Seguridad provincial analiza restringir la visita a presos de alto perfil en las cárceles de Santa Fe. Lo confirmó el titular del área, Jorge Lagna, quien reconoció que el tema generará polémica pero que resulta necesario discutirlo. A la vez, adelantó que se incrementará el nivel de seguridad con nueva tecnología en la cárcel de Piñero para cortar la comunicación con el exterior.

Lagna contó que un equipo del ministerio que conduce está estudiando modificar la ley de ejecución de penas “para implementar restricciones a las visitas de ciertos presos denominados como de alto perfil”. El funcionario admitió que esta medida “va a generar polémica, pero es necesario discutirla”. Y aseguró: “Prefiero la comodidad de miles de personas que están fuera de la cárcel por sobre el derecho a comunicarse del que está adentro”.

En declaraciones a Marcelo Fernández en el programa “Con sentido común”, que se emite por CNN Radio Rosario, Lagna resaltó que desde su área trabajan para interrumpir la comunicación fluida desde las cárceles con el exterior, ya que se ha probado en reiteradas oportunidades que los cabecillas de las bandas narcocriminales imparten órdenes que se ejecutan en las calles de Rosario.

“Es importante poner un ojo en todo lo que ocurre alrededor de la cárcel para saber quién visita a quién o quién tiene salidas transitorias. A veces se suplen los teléfonos con el envío de mensajes a través de los visitantes”, señaló. Y en ese sentido también hizo foco en el desempeño de los agentes del Servicio Penitenciario, quienes suelen prestar colaboración efectiva a los detenidos.

“Parece un contrasentido: por un lado, yo me ocupo de investigar, manejo a la Policía, trabajamos con los fiscales… mientras del otro lado, desde el Servicio Penitenciario, que desde hace 4 meses está bajo mi órbita, se ejecutan acciones nada claras. Por eso, más allá de la implementación de tecnología tenemos que extremar el control sobre el personal que trabaja en el Servicio porque el poder corruptor de la droga es insoslayable”, dijo.

“Le exigimos ser la Policía sueca con un sueldo que no está acorde. Estamos tratando de mejorar los haberes con adicionales, como por ejemplo con el policía que conduce una moto, que corre mucho riesgo y gana lo mismo que el agente que está sentado en un escritorio.”

Lagna anticipó que también se implementará el uso de tecnología para mejorar el control en las cárceles. En ese sentido, indicó que el próximo martes estarán en la cárcel de Piñero científicos e ingenieros del Invap para realizar ajustes en el actual sistema de inhibidor de señal telefónica, que es insuficiente porque alcanza solamente a seis pabellones. “Pero a la vez van a presentar un proyecto definitivo para ampliar el sistema a todo el penal y se sumarán aparatos de body scanner como existen en los aeropuertos”, detalló.

“La violencia que padecemos afuera, a pesar de los buenos investigadores y fiscales, nace en la comodidad de Piñero con el manejo de las comunicaciones. Así que reforzaremos con tecnología. El dinero para la inversión ya está asegurado”, expresó.

El ministro admitió luego que es necesario mejorar la remuneración tanto de los efectivos policiales como de los agentes del Servicio Penitenciario: “Le exigimos ser la Policía sueca con un sueldo que no está acorde. Estamos tratando de mejorar los haberes con adicionales, como por ejemplo con el policía que conduce una moto, que corre mucho riesgo y gana lo mismo que el agente que está sentado en un escritorio.”

Una de las falencias a la hora de gestionar los recursos humanos Lagna la ubicó en que “el 48 por ciento de los que se gradúan son del norte de la provincia, lo cual es un problemón desde el punto de vista de la eficiencia y de la calidad de vida, porque la mitad de los efectivos viven viajando de un lugar a otro”.

En ese sentido citó como ejemplo que de los últimos 400 agentes que se incorporaron a trabajar en Rosario solamente 140 son de la ciudad: “Hubo que apelar a efectivos de Tostado, San Javier y de otros lugares. No es lo mismo el territorio donde viven que venir a trabajar a Rosario. Para paliar este problema creamos las escuelas regionales de policía: en Murphy funciona la de zona sur, en Reconquista la del norte y la semana que viene inauguramos en Rafaela la del oeste”.

Consultado sobre el recrudecimiento de la violencia en barrios como Ludueña y Empalme Graneros, el funcionario aseveró que están trabajando en coordinación con las fuerzas federales. “Hay una despiadada lucha territorial entre desprendimientos de distintas bandas, que usan a personas cada vez más jóvenes para copar los territorios. Estamos trabajando en un nuevo dispositivo con las fuerzas federales para imponernos en Ludueña, Empalme y en otros lugares, ya que en Rosario el gran problema del narcodelito se concentra en siete u ocho barrios”, señaló, al tiempo que destacó que en los últimos días mejoró el intercambio con la Justicia Federal rosarina, “algo que antes no pasaba”.