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Activistas y militantes socioambientales se encadenaron a Aguas Santafesinas

Aseguraron sostener la intervención hasta que Guillerno Lanfranco o algún responsable salga a informar la verdad sobre la situación a la población.


Activistas y militantes socioambientales se encadenaron a Aguas Santafesinas. Exigen que Aguas Santafesinas diga la verdad sobre los residuos cloacales crudos vertidos al río y sobre el freno a la construcción de la planta depuradora.

Desde primeras horas de la mañana, activistas socioambientales están realizando una acción directa pacífica para exigir que se “Diga la verdad” en relación a los 345 millones de litros de residuos cloacales que se vierten crudos a diario sin depurar en el río Paraná. Así como también se hable del por qué se frenó la construcción de la única planta depuradora que iba a existir en la ciudad y que hace 20 años que prometen.

La acción directa consiste en un encadenamiemto de sus propios cuerpos a las puertas de Aguas Santafesinas, ubicada en calle Avellaneda 650 bis bloqueando el ingreso e intervención de la vía pública con encuesta a automovilistas y peatones.

Activistas afirmaron: “Esta es una acción pacífica; nos manifestamos porque la situación con el agua es insostenible, no solo están terminando con la vida del planeta en medio de una catástrofe climática y ecológica, sino que están atentando directamente con la salud de la población”.

Es así que aseguraron sostener la intervención hasta que Guillerno Lanfranco o algún responsable salga a informar la verdad sobre la situación a la población.

“Estamos acá también en apoyo a los territorios de Córdoba, Misiones, Mar del Plata, Mendoza, donde también por distintas causas sus aguas están siendo vulneradas, contaminadas o utilizadas para fines extractivistas. Somos la ciudadanía organizada, y necesitamos unirnos para hacer respetar nuestros derechos”, explicaron.

“Esto es un llamado a la acción; estamos desobedeciendo la ley, pero ese no es el hecho violento. Violencia es que estemos permitiendo que el río sea contaminado y que estemos tomando agua con mierda. Y nos preocupa que este sistema democrático no nos esté representando. Los gobiernos deben decir la verdad sobre la crisis climática y ecológica, actuar en consecuencia y abrir la democracia, generando mecanismos de participación directa y vinculantes” concluyeron los activistas.