Tema del día: Un nuevo intento de extorsión contra El Establo
Vuelven las Colectividades

¿¡Qué fantástica, fantástica esta fiesta!?

"Retomando las sabias palabras del antropólogo contemporáneo Alberto Fernández, el crisol de razas argento que bajó de los barcos se reúne luego de un largo parate viral, a la vera del Paraná para disfrutar bailes y gastronomía".


Días pasados estaba paseando por la peatonal Córdoba cuando veo un numeroso y colorido grupo de gente con disfraces raros. ¡Hasta cuándo van a seguir jodiendo con Halloween estos cipayos!, recuerdo que pensé, pero no, ¡era el desfile oficial de la presentación de la Fiesta de las Colectividades!

No eran disfraces, por supuesto, eran trajes típicos de los diferentes países. Claro, se los veía muy creciditos para estar pidiendo “dulce o truco” y demasiado sobrios para ser los últimos rezagados de la Bajada de Medicina.

Descendemos (no solo) de los barcos

Retomando las sabias palabras del antropólogo contemporáneo Alberto Fernández, el crisol de razas argento que bajó de los barcos se reúne luego de un largo parate viral, a la vera del Paraná para disfrutar bailes y gastronomía. Bienvenido sea este tradicional festejo en una ciudad – en un país – dónde los encuentros populares terminan en tragedia si no se realizan bajo los mismos colores políticos o deportivos.

¡Que linda y extraña postal exportamos al mundo, en la cual árabes y judíos, catalanes y castellanos, rusos y ucranianos, o chilenos y bolivianos pueden desempolvar las pilchas típicas en primavera y marchar juntos, flameando las nostálgicas banderas que trajeron nuestros abuelos!

(Nota mental: hace tres generaciones que venimos diciendo “nuestros abuelos” y, salvo que haya algún Highlander en la colectividad escocesa, deberíamos actualizar fechas y parentescos).

Señal que viene tormenta

Muchos creen que la organización de semejante evento que ya sobrepasa las tres décadas corre por cuenta de la Municipalidad o de la Federación de Colectividades, pero una versión que aúna diversos tintes conspiranoicos – tan en boga – indica que los chacareros de los campos cercanos, conscientes de la maldición gitana y siempre preocupados por las sequías, son los que motorizan el encuentro anual, sabiendo que así garantizan copiosas lluvias para sus sembradíos: colectividades, chaparrón, fija.

Menú típico

Pero vamos a lo más importante: el morfi. La oferta gastronómica se brindará valientemente en los clásicos puestos de cada una de las comunidades, sin barbijo ni alcohol en gel ni exhaustivas revisiones bromatológicas. O sea, un regreso a las fuentes. “Sucio y desprolijo”, cantaba Pappo.

Yo pienso recorrer varios stands y deleitarme con manjares exóticos, pero tengo dudas que no dejan de asombrarme, temporada tras temporada: ¿las papas fritas son el plato típico de todos los países? ¿Meter un chorizo entre dos panes se les ocurrió simultáneamente a los antiguos húngaros, a los árabes milenarios y a los añosos galeses? Será que demanda mata tradición, porque los choris con fritas abundan. Aún así, el rosarino promedio, sediento de cosmopolitismo, va a las Colectividades a comer pizza (y papas fritas).

Cultura es todo

¡Cómo se extrañaban esas noches calurosas, húmedas y mosquiteriles junto a la Fluvial! El tipo de paseo que todo rosarino espera: tiene que estacionar y espera, tiene que hacer las colas y espera, tiene que conseguir mesa y espera… ¡Y qué decir de las artesanías! Adornos y prendas típicas que solo se consiguen en el encuentro cultural en estos días… y en los manteros de calle San Luis durante el resto del año.

Lo mejor del encuentro es el escenario mayor donde se lucen los grupos de danzas. Odaliscas sirias, banderilleros florentinos, saltarines eslavos y castañueleros gallegos, entre otros, darán rienda suelta al movimiento cultural (nunca mejor dicho movimiento). Bailes ancestrales; sagrados rituales que se conjuran a partir de la tradición y de aquella frase que se repite como un mantra en diferentes idiomas, a través del tiempo y las geografías: “¡Música, maestro!”.

Es tan contagioso el espíritu danzarín que nos quedaremos extasiados viendo a los ballets infanto-juveniles con un arrobamiento que más quisieran nuestros sobrinitos cuando nos arrastran a regañadientes a sus insoportables actos escolares.

¡Felicitaciones Rosario! Otro año más de la mejor fiesta que una ciudad tan orgullosamente mestiza puede tener! Ya mismo empiezo la recorrida con mi grupo de amigos multiculturales, haciendo un trencito y cantando a voz en cuello con la popular melodía de los Auténticos Decadentes: “Sooomos los croatas, amigos de la cole, los tanos y Tanzania…”.