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“La narcocriminalidad se concentra en el 10% del territorio con 15 o 20 familias mafiosas”

Javkin dijo sentir “mucha bronca” que la narcoviolencia “lastime” la recuperación económica que experimenta Rosario. Insistió en la necesidad de tener injerencia sobre el desempeño de la Policía y además dijo estar a favor de la conformación de un frente electoral opositor para competir en 2023.


El intendente de Rosario, Pablo Javkin, aseguró que “los problemas de la narcocriminalidad están concentrados en el 10 por ciento del territorio de la ciudad con 15 o 20 familias, en el concepto mafioso de la palabra, que operan con células en distintos barrios”.

“Nos metimos a urbanizar Villa Banana y desde hace dos años tenemos un solo hecho grave. Cuando entramos nos baleaban las motoniveladoras, porque si tenés un búnker en un pasillo contás con un nivel de protección que no te lo da el acceso a la calle. Ahora vamos a empezar un trabajo similar en Ludueña con la apertura de cuatro calles. Con esto quiero decir que hay una lógica urbanística de acupuntura geográfica que cambia las condiciones en las que opera el delito. También lo estamos haciendo en Tablada”, señaló el titular del Palacio de los Leones, quien aportó otro dato estadístico: “En el macrocentro de Rosario, en cambio, sucede el 2,3 por ciento de los delitos de narcocriminalidad”.

En entrevista con Marcelo Fernández en el programa “Así Estamos”, que se emite los domingos a la medianoche por Telefe Rosario, Javkin dijo sentir “mucha bronca” por las “situaciones que lastiman lo que realmente sostiene a Rosario, que es el empuje económico, la vida cultural y el uso del espacio público”. Y continuó: “Convivimos con un combate cotidiano entre bandas narcos que está organizado desde la cárcel. No es un comentario: está probado por los fiscales, quienes logran identificar que el 90 por ciento de los delitos se ordenan en las cárceles. Y hay también un nivel de deterioro en la presencia policial provincial y federal en la rutina diaria, que tiene que ver con los otros delitos”.

A la hora de enumerar los principales problemas de la ciudad, como la inseguridad, el narcotráfico y el fuego en las islas, el intendente apuntó que “todo eso está unido con lo mismo, que es la capacidad que tiene el Estado para controlar el territorio; los estados en Argentina no tienen capacidad para hacer valer el uso de la fuerza, ni en las cárceles ni en el territorio”. Y siguió: “Argentina no tiene noción ni dispone de las herramientas básicas para combatir la economía del narcotráfico. Eso repercute más en Rosario por una cuestión logística, pero atraviesa al país”.

Luego, advirtió que Argentina no tiene “una sola prisión de máxima seguridad, donde el detenido no sepa quién es su guardiacárcel con todo lo que ello implica; por decisión política se desarmó la inteligencia criminal en el Servicio Penitenciario; no hay inversión en tecnología en las cárceles para controlar a los jefes de los grupos que manejan la calle. La Justicia federal tiene la misma estructura desde hace 70 años, no tiene sistema acusatorio y muchos de los avances que hubo sobre las bandas fue por los fiscales provinciales”.

El titular del Palacio de los Leones resaltó que “se robaron una camioneta de la puerta de la comisaría 15ª, donde sucede lo mismo que en la 10ª y la 12ª, en cuyas jurisdicciones desde hace 20 años se producen hechos vinculados con la impunidad criminal”. Y abundó: “Hay coexistencia de los hechos con los lugares donde a veces la comisaría tiene complicidad. En el caso de Ludueña, le encontraron un auto robado al comisario. Hay que cortarlo. El rosarino le reclama al intendente, pero yo no puedo combatir el narcotráfico con un handy pero sí me hago cargo de mi rol. Lo que hago es decir lo que está pasando con datos puntuales, en detalle. Hubo un hecho grave de robo en Alberdi y Génova y al otro día estaban todos los bancos y negocios abiertos y no había ni un solo policía”.

Javkin viene pugna desde hace tiempo por lograr la autonomía de Rosario, una iniciativa que no asoma con posibilidades de prosperar. A cambio, dijo conformarse con tener la facultad de evaluar el desempeño del jefe de Policía de la Unidad Regional II. “Quiero tener una vez por semana al jefe de Policía sentado en mi despacho y quiero que él sienta que yo puedo generar que lo remuevan de su cargo”, sostuvo. “Al territorio de la ciudad lo conocemos los intendentes -añadió-. Lo que no puedo hacer es combatir al delito sin armas, no puedo mandar a un personal de Tránsito”.

Enseguida, puso un ejemplo: “Cuando hacemos un control de Tránsito tenemos que contratar policías pagando por adelantado los adicionales porque no puedo enviar a un inspector a hacer un control con el riesgo de que se encuentre a un motociclista armado. O sea, la ciudad utiliza fondos públicos de la ciudad para pagarle a un policía como si contratara un servicio privado. Es la realidad y no puede seguir así”.

Después, adoptando un punto de vista general, aseguró que “el gran drama de la Argentina es que no hay instituciones, entonces no hay método ni rutina”. Y explicó: “Yo puedo conseguir que el jefe de Policía venga a mi despacho, pero será como todo: vendrá una vez, dos, tres… pero en algún momento dejará de venir. Por eso debemos tener una metodología de trabajo. Si yo hoy digo ‘no hay patrulleros en la calle’, posiblemente al otro día haya cien mil, pero al día siguiente no va a haber ninguno. No se puede laburar sin planificación. Pasa en todo: en salud, educación. Los intendentes absorbemos cada vez más responsabilidades con menos recursos, es un gran drama del federalismo argentino. Ni hablar de que somos el único caso de una ciudad con un millón de habitantes que no es capital, no es cabecera principal y no tiene a la administración pública provincial en su territorio”.

Como un oasis entre tantas noticias de sangre y violencia, resaltó los buenos números económicos de la ciudad: “Rosario siempre tuvo un perfil industrial. El primer año de gobierno hicimos un cambio respecto a la normativa para resolver cuestiones urbanísticas. Llegamos ya al número 60 de radicación y ampliación de empresas en nuestra ciudad. Y la empresa número 61 será el centro logístico más grande de una importante empresa. No hay ciudad en el país que haya recibido en un año 60 inversiones industriales de forma directa. Eso nos permite reconstruir un tejido social que está roto desde la educación y la capacitación”.

Con un ojo en 2023

Aunque aclaró que no le gusta hablar de “frente de frentes” a la hora de referirse al armado opositor que se está gestando en la provincia para competir con el peronismo, Javkin aseguró que está a favor de avanzar con la conformación de un espacio que contenga a la mayor cantidad de espacios políticos posibles.

“Creo que tenemos una gran oportunidad un espacio opositor que genere un cambio en Santa Fe y resuelva los 50 o 60 puntos que hoy debieran ser prioritarios. Me parece que vamos a avanzar en esa conformación y, si lo hacemos con solvencia y trabajo, tenemos una gran oportunidad de ganar. Estoy a favor de conformar ese espacio porque en la política siempre hay que pelear por encontrar respuestas”, indicó.

Consultado sobre en qué lugar lo encontrará ese espacio electoral, el intendente evitó dar una referencia contundente: “Si hoy digo en qué lugar me gustaría participar voy a condicionar el armado. Siempre dije que soy un hombre de esta ciudad, me encanta Rosario. Me gustaría que me dejaran recuperar los dos años de la pandemia. Pero también es cierto que estás en la ciudad y padecés muchos problemas que escapan a su incumbencia: la seguridad, la luz, el agua, la educación… Entonces es tentador decir ‘uno podría hacer mucho para la provincia pero también para Rosario’. Será una decisión a tomar sobre fin de año. No quiero evaluar esto por miedo a lastimar la posibilidad de que se genere una propuesta seria. Más allá de todo creo que estamos en condiciones de recuperar lo mejor de la institucionalidad santafesina”.

Su gestión

A la hora de analizar su gestión, Javkin aclaró que le tocó “un momento muy particular” en referencia a la pandemia de coronavirus. “Reaccionamos bien a la pandemia y eso hoy parece nada, pero lo fue todo. Y otro tema: pudimos ordenar las cuentas porque esta ciudad no hacía obras con plata propia. El año pasado se hicieron obras con 93 por ciento de recursos propios; este año será de 77 por ciento. Baja la incidencia porque hay aportes de provincia y Nación, que está bien que suceda porque es necesario. Quien venga se va a encontrar con un tablero de control área por área. Lo que más me importa evaluar es que cuando estás en esta función no sos dueño de nada. Yo no vivo distinto de cómo vivía antes de ser intendente, ni me iré de la Intendencia habiéndome sentido dueño de la ciudad. En muchas cosas ahora empiezan a verse los frutos, como por ejemplo cambiar el uso industrial de suelo, urbanizar barrios, iluminar toda la ciudad, incorporar tecnología en las calles para la seguridad vial. Lo demás lo juzgará la gente. Me dan bronca esos dos años de pandemia”.

Por último, se refirió al escándalo de la aparición de cajas de alimentos de la Municipalidad de Rosario en la casa del conocido Máximo el Viejo Cantero, fundador de la banda Los Monos, y al posterior incendio en una oficina del edificio de la Secretaría de Desarrollo. “Hay dos cuestiones, por un lado la del incendio, causa en la que soy querellante porque a mí me quemaron una oficina. Y hasta ahora nadie me aclaró cómo fue. Algún día llegará el momento para charlar sobre eso porque tiene sus bemoles”, avisó.

“En el caso de las cajas, hay una persona de apellido Puchetta, de relación directa con Cantero, que está detenida y es la que recibió las cajas de mercadería.En esa casa había miles de toneladas de mercadería y unas 120 cajas de la Muni, y el foco se puso ahí. Nosotros tenemos trazabilidad. Que investigue la Justicia, yo quiero saber y me voy a constituir como querellante en esa causa. También hay una situación en la que en los barrios conviven la pobreza con el crimen y no podés no darle de comer a la gente. Quiero que vayan a fondo”, concluyó.