El expresidente Mauricio Macri aseguró este jueves en Rosario que Juntos por el Cambio volverá a gobernar la Argentina. “No tenemos presente, pero estoy acá para decirles que tenemos un enorme futuro”, expresó ante un auditorio compuesto en su mayoría por empresarios y dirigentes políticos, en el quinto piso de la Fundación Libertad, ocasión en la que fustigó al gobierno de Alberto Fernández, al que definió como “una máquina de demolición”.
“Realmente me siento en casa. Si hoy soy un joven entusiasta, hace 25 años era un niño que estaba por acá compartiendo ideas que tienen, por suerte, más idea y más vigencia que nunca y más aceptación que nunca tal vez en nuestro país”, dijo en el inicio de la charla.
“La verdad que no tengo mucho entusiasmo de hablar del gobierno porque es un gobierno que no tuvo nunca un plan, no tuvo rumbo, no tuvo grandeza y sigue manejándose con improvisación, sin quiera darse cuenta del nivel de daño que ha hecho con la crisis a la que nos ha llevado, lo que yo llamo un verdadero ejército, una máquina de demolición. Creo que no tenemos presente, pero estoy acá para decirles que tenemos un enorme futuro”, manifestó Macri.
“Realmente la Argentina tiene un enorme futuro y voy a tratar de transmitirle esta convicción, primero porque vamos a volver a gobernar, Juntos por el Cambio va a volver a gobernar la Argentina a partir del año que viene”, aseguró.
“Creo que todo este sufrimiento y angustia que compartimos sobre este presente ha traído un enorme crecimiento final en la mayoría de los argentinos, que va más allá del 41 por ciento; al que ya entendí cuál es el rumbo que tiene que tomar el país, cuáles son los valores, cuáles son las ideas que tienen que funcionar”, expresó.
Luego reflexionó sobre el “para qué” quiere volver a gobernar el país, un latiguillo instalado entre todos los dirigentes de Juntos por el Cambio en los últimos meses. “Creo que lo importante hoy, y mi preocupación mayor, es para qué queremos volver a gobernar la Argentina. Y en eso voy a poner mucho trabajo, aprovechar cada una de las horas para que tengamos que hacernos cargos de un país que lamentablemente si en 2015 lo habían dejado en el tercer subsuelo, en el 23 va a estar en el séptimo subsuelo. Ésa es la parte mala”, dijo.
“La grandes diferencias que va a haber entre el 15 y el 23 es que en el 23 vamos a estar todos conscientes de los que nos pasó, de la crisis en la que estamos, que no estábamos en el 15, porque ese período en términos de pandemia era asintomática; hoy es sintomática, cada uno está sufriendo las consecuencias de una inflación que nos devora, un Estado colapsado sin ningún tipo de respuesta”, planteó.
“Entonces creo que eso nos genera una oportunidad de ir hacia adelante en un cambio profundo como la Argentina debería haber encarado hace muchas décadas. Venimos de una decadencia que lleva no pocos años, cuando cualquier número que uno vea y se remonte a décadas para atrás encuentra a la Argentina liderando en el mundo, después cayó a liderar en la región y ahora no lideramos en ningún lado”, sostuvo.
Siempre con un análisis desalentador del presente pero con optimismo hacia el futuro, Macri aseguró que “tenemos con qué empezar a hacernos cargo para liderar en la región y después ocupar un lugar importante en el mundo. Pero nada se hace así de fácil, lo primero es aprendizaje y tan bien lo hemos tenido como fuerza política porque vivimos en un mundo complejo y la Argentina es un lugar más complejo porque arrastra años y décadas de frustraciones. Por lo cual no hay que subestimar, no hay que simplificar, hay que sepultar definitivamente las ideas del populismo de que todo es simple, es fácil y de que el Estado puede resolverlo todo”.
Luego, oscilando entre una leve autocrítica sobre su paso por el gobierno entre 2015 y 2019 y el 2023, señaló: “Lo que hemos visto es que el Estado solamente resolvió los problemas de aquellos que manejaban el Estado y no del ciudadano de a pie; entonces en este 23 vamos a tener un experiencia política que no teníamos y un músculo político en base al apoyo más amplio de la población que se va a tener. Porque ya no vamos a tener un mandato de cambio político solamente como tuvimos en 2015, ahora vamos a tener un cambio político y económico y un mayor entendimiento de que la libertad es una, la libertad política va con la libertad económica”.
Enseguida hizo hincapié en uno de los tópicos más utilizados desde Juntos por el Cambio, que es el rol que debe jugar el Estado en las políticas de gobierno. “La libertad política para que el Estado no me diga cómo tengo que opinar, qué tengo que hacer las 24 horas del día, un Estado que no me sepulte de impuestos que me traban y no me dejan progresar, un Estado que no me sepulte con regulaciones que destruyen la inversión privada, un Estado que no actúe a costa del sector privado, porque donde se genera el futuro o riqueza para poder distribuir y atender los problemas de la sociedad es en el sector privado, no en el Estado y menos si aquellos que han levantado la mano del Estado lo han utilizado en beneficio propio sistemáticamente. Desde hechos gravísimos de corrupción hasta también la corruptela del cargo público para el amigo, para el pariente. Eso también es una falta de ética, hemos perdido perspectiva frente a las cosas, los bolsos y las cosas estrafalarias que hemos visto que nos llevaron a ver que nombrar un montón de gente sin tarea a costa de los impuestos de la gente no es algo inmoral, y eso es gravísimo”.
Y remató Macri con un párrafo dedicado a la presión tributaria que existe en la economía: “Todo eso tiene que ver con tasas municipales confiscatorias, ingresos brutos confiscatorios, impuestos a los trabajadores confiscatorios que impulsan a la informalidad. Todo lo que venimos arrastrando hace muchísimos años pero hoy se ve con claridad y mucha gente comparte esta visión de saquémonos esta pata de encima, saquémonos de encima a políticos que nos dicen representar y lo único que hace es abusar del poder”.
