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Raro

La ex pareja de Roxana Carabajal hizo cruces de sal y quemó muebles

Los fiscales reconstruyeron el itinerario del hombre que desapareció durante cinco días con su hija y cortó toda comunicación con su familia.


Durante los casi cinco días que Gonzalo Koller, ex pareja de la cantante Roxana Carabajal, y su hija Eva estuvieron desaparecidos ocurrieron algunos episodios extraños que llamaron la atención de los investigadores del caso, según revelaron esta tarde fuentes judiciales.

El hombre, de 35 años, salió el viernes pasado con la niña desde su casa en Carcarañá y no se supo nada de ellos hasta el martes a la noche, cuando fueron localizados por la Policía en una vivienda de Anchorena al 200 bis, en Rosario.

De acuerdo a la reconstrucción que hicieron los pesquisas, en ese tiempo de incertidumbre se detectaron algunas curiosidades: Koller acumuló todos los muebles en el fondo de su vivienda y les prendió fuego; luego, a través de cámaras de seguridad se observó que a las 5.30 de la mañana del viernes trazó cruces de sal en la puerta, puso llave, se persignó varias veces y se subió al auto junto a la nena.

Luego de la denuncia de desaparición se activaron los mecanismos de búsquedas. Así, se comprobó que unas horas después el hombre usó la tarjeta de crédito para pagar en una estación de servicio de La Plata, y más tarde se detectaron movimientos en su cuenta en comercios de Santa Teresita, en la Costa Atlántica.

El sábado 9 de julio se dio de alta en el Hotel Presidente de Rosario: para cuando los investigadores recibieron notificación de este movimiento, con varias horas de retraso, padre e hija ya habían abandonado el lugar.

Por recomendación profesional, desde la Fiscalía determinaron tratamientos psicológicos y psiquiátricos para Koller, sobre todo por el extraño incidente con el incendio de los muebles.

Cada pago con tarjeta fue una huella que permitió seguirles los pasos. El hombre extrajo dinero de cajeros automáticos en el centro de Rosario y en la costanera, y también abonó consumos en el bar Riomío, en Arturo Illia y Dorrego. También pasaron por el shopping Alto Rosario, y aunque se había apostado vigilancia en el lugar no fue posible detectarlos.

Al saber que en un domicilio de Anchorena al 200 bis vive la madrina de la niña, con quien Koller tiene muy buena relación, efectivos policiales se dirigieron a esa vivienda y supieron por una empleada doméstica que el hombre y la niña habían ido a ese lugar pero se retiraron al comprobar que no estaba la dueña de casa. La mujer aportó un dato llamativo: antes de retirarse, el muchacho hizo una cruz de sal en la puerta de esa casa.

Los investigadores creyeron que Koller volvería a esa vivienda y dejaron una guardia. Cerca de las 20.45 del martes, efectivamente, padre e hija regresaron y los efectivos pudieron detener al hombre, que no opuso resistencia.

Una psicóloga entrevistó a la niña y no halló signos de maltrato; por el contrario, relató que pasó cuatro días muy divertidos con su padre, con quien viajó y recorrió distintos lugares. Para ella se trató de una aventura de vacaciones de invierno, sin ningún signo traumático. Lo mismo consideran los investigadores, salvo por el detalle de que el hombre al llevarse a su hija cortó cualquier tipo de comunicación con su propia familia y con su famosa expareja.

Por recomendación profesional, desde la Fiscalía determinaron tratamientos psicológicos y psiquiátricos para Koller, sobre todo por el extraño incidente con el incendio de los muebles. No hay, hasta el momento, ningún delito para achacarle: es el padre de la niña, ejerció su derecho de patria potestad y no la maltrató ni se comprobó que corriera algún peligro. Por esa razón la Justicia determinó que regresara a su casa de Carcarañá.